La desnaturalización o lo que también llaman la separación, la caída, la dualidad marca el inicio del camino que nos ha llevado a dónde y cómo estamos: desnaturalizados y por lo tanto, perdidos.
Arrepentidos, mas sin embargo, orgullosos.
Buscando sin encontrar, huyendo sin rumbo.
Irreconocibles y vanidosos.
Viviendo bajo una ilusión que a veces aparenta ser amable con nosotros, y otras no lo es tanto.
Siendo controlados, mientras buscamos controlarlo todo.
Obedientes, siendo intransigentes.
Indefensos y asustados, que damos miedo.
Programados y por ello, inflexibles.
Enojados con y de la vida.
Desconectados y separados de todos y de todo.
Creyendo ser únicos e independientes, esperando ser del agrado de los demás.
Explotados por y explotando a los demás.
Padeciendo las consecuencias de haber dejado de ser humanos.
Destruyéndonos a nosotros mismos, al intentar hacer algo que no corresponde a nuestra naturaleza y que no nos permite ser quienes somos.
Negando nuestra propia naturaleza.
Estamos despertando de esta ilusión, para regresar a nuestra naturaleza divina, a ser los seres luminosos y amorosos que somos, siempre hemos sido, y siempre seremos, olvidando lo que nos han dicho que somos, enterrando al que no soy, para reencontrarnos con el yo soy eterno, inmortal, luminoso, amoroso que es uno con el todo, que sin ser nada, ni ser nadie, lo es todo, regresando a nuestra propia naturaleza, volviendo a ser humanos, hijos de la madre tierra, hijos de la chingada; saliendo del error que nos hizo creer que somos otra cosa.
Al creer que estamos separados de nuestra propia naturaleza y dejamos de ser los seres inmortales de luz y amor que somos, dejamos de tener un lugar y un espacio en este planeta y sin darnos cuenta, al empezar a explotarlo, a explotarnos los unos a los otros, iniciamos nuestro propio proceso de extinción y el de muchas otras especies de seres que coexistían con nuestra especie en este planeta.
Para ser quien soy no tengo que hacer nada, yo soy luz y amor y en la medida en la que no intervenga para hacer y simplemente yo sea, dejaré que la luz y amor que yo soy se manifieste libremente en mi vida, tal y como fue, es y siempre será.
Yo lo Creo
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