Cada quien ve lo imperceptible, proporcionalmente a la claridad que tienen sus corazones.
(Rumi)
Las apariencias son lo que nos muestran.
Puedes mostrar lo que quieres, o no, que los demás vean.
Lo que vemos no es necesariamente lo que es.
Lo que vemos es solo lo que se nos permite ver.
Lo que vemos es solo lo que queremos ver.
Lo que vemos puede engañarnos.
Podemos creer o no que sea.
Puede ser que solo estemos viendo lo que es afuera.
Puede ser que solo estemos viendo lo que es aparente.
Cuando vemos lo que es adentro.
Entonces percibimos lo imperceptible.
Le damos un vistazo a lo que realmente es.
Puede ser que lo que vemos nos impresione.
Con todo lo que ha sido manifestado.
Con todo lo que se ha hecho evidente.
¿También vemos lo qué hizo que ello exista?
¿Qué tan profundo quieres llegar?
¿Estás dispuesto a ver lo imperceptible?
¿Estás preparado para ver lo que es?
Mira al espejo.
Lo que ves no es real.
Es hora de adentrarse.
Encuentra una salida.
Escapa de esta ilusión.
Podemos creer lo que vemos
Podemos querer creer lo que vemos.
Podemos no ver nada más.
Lo imperceptible es lo que realmente es.
Ver lo imperceptible es ver lo que es.
Cuando vemos lo imperceptible, ya nada es igual.
Para encontrar una salida, hay que buscar adentro.
Lo imperceptible, no se reconoce, ni es tomado en cuenta, ni valorado, mucho menos alabado y apreciado.
Lo imperceptible, se nos oculta.
Vale la pena ver lo imperceptible.
Hasta dejar de ser quienes creemos que somos. Hasta ser nosotros mismos.
Hasta vivir nuestro yo interior. Hasta dejar de ver con nuestros ojos.
Hasta ver desde nuestro yo interior. Hasta ver con nuestro corazón. Hasta ser amor.
Yo lo Creo
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