La gratitud es el vino del alma.
Adelante. ¡Ve y emborráchate!
(Rumi)

Todo lo que fue, no lo es más. Todo lo que será, no existe. Todo sucede por una razón, en perfección. Estamos aquí y ahora, compartiendo, amando, siendo. Estás aquí y ahora leyendo, amando, siendo. Nada que hacer, nada que esperar. Sin anhelos, sin arrepentimientos, nada en absoluto, puro amor y gratitud, eso es todo. Estamos agradecidos por todo lo que fue, tal y como fue. Estamos agradecidos por todo lo que será, tal y como será. Estamos agradecidos por estar aquí y ahora. Somos amorosa gratitud. Podemos querer etiquetar algo como bueno o malo o indiferente o importante o relevante o irrelevante, lo hacemos en función a nuestra visión limitada de lo que creemos es la realidad, nuestra propia versión de la realidad, producto y consecuencia de nuestra propia historia, nuestra singular y única percepción de nuestra realidad. Podemos sentir la necesidad de imponer a los demás esa realidad , como lo hacemos con nosotros mismos. Podemos querer juzgar lo que fue, lo que es y lo que será. Podemos querer juzgar nuestra vida así como la vida de los demás. Incluso podemos querer juzgar un momento, un año, un momento por lo que pensamos o creemos que fue. Eso depende de cada uno de nosotros. ¿Debo juzgar? ¿Debo aceptar lo que es? Realmente no importa lo que pensemos, ya que lo que es, es. Sin embargo, sentimos como si importara que es lo que pensamos . Esa necesidad que tenemos de tener la razón. Nuestra verdad ante todo lo demás. El truco, la trampa, la ilusión. Por eso importa lo que pensamos, incluso si no importa en absoluto. Basándonos en nuestras creencias, y juzgando nuestra vida y la de los demás con base en ellos, creamos y desarrollamos una historia, que a su vez nos imponemos a nosotros mismos y a los que nos rodean. Al juzgarnos a nosotros mismos y a los demás, nos separamos de nuestro yo interior y nos separamos del todo, de lo que es. Al juzgar, dividimos, separamos, vivimos bajo una ilusión construida en base a nuestra percepción de nuestra realidad y nuestro sentido de lo que es correcto, alejándonos de nuestra verdadera naturaleza, de nuestro yo interior, del todo, del yo soy, de lo que es. Si en lugar de dedicarnos a decidir si algo fue, es o será bueno, malo, indiferente, importante, relevante o irrelevante, juzgando lo que es con base en nuestra propia percepción de la realidad, ¿por qué no sustituimos esos sentimientos para simplemente ser gratitud? Lo eres todo. ¿Lo puedes ver? ¿Lo puedes sentir? Nuestra falta de amor y gratitud por quienes somos es la fuente de nuestro sufrimiento. Nuestra necesidad de juzgarnos a nosotros mismos y a los demás, nos hace sentir que necesitamos ser quienes no somos y de ahí nuestro sufrimiento. No hay necesidad de lamentar lo que no es. No hay necesidad de separar, dividir, alienar. No hay necesidad de juzgar lo que es. No hay necesidad de hacer nada. Solo sé amor. Solo sé gratitud. Solo sé y déjalo ser. Yo soy gratitud por lo que es. Yo soy amorosa gratitud. Yo estoy en el aquí y en el ahora. Somos gratitud por lo que es. Somos amorosa gratitud. Estamos en el aquí y en el ahora. Todos somos uno. Nos estamos acompañamos de regreso a casa. En el aquí y en el ahora. Independientemente de todo lo que fue o de lo que puede ser. Vívelo. Quiérelo. Siente gratitud por lo que es. Es lo que es. Aquí y ahora. Yo lo creo
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