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  • Writer's pictureMY HaySar

Cambiando de Hábito

Updated: Apr 11, 2020




Escuchamos como -con razón de sobra- crece la preocupación que anticipa la debacle económica y financiera que viene después del confinamiento al que los ciudadanos nos hemos sometido, ya sea por precaución, por mandato o por convicción.


Salvo por las actividades esenciales, la economía se encuentra paralizada, lo que es letal para el sistema que actualmente nos rige. ¿Por qué será que ahora que la gente solo consume lo que necesita la economía va a colapsar?


Hay gobernantes que han cuestionado ordenar el confinamiento por los efectos que tendrá en la economía y en casi todos los casos, han finalmente cedido a las presiones, no sólo tardíamente, sino a regañadientes.


Muchas personas buscan y exigen apoyos, subsidios y estímulos que permitan a los negocios sobrevivir los efectos del confinamiento, ante las cargas (salarios, impuestos, rentas, etc.) que siguen teniendo que sufragar; replicando lo que ilustra genialmente el corto Guan Jondred Dollar. Esto ha servido antes; sin embargo, nada garantiza que el truco vuelva a funcionar en esta ocasión, podría diferir los efectos de la debacle, alargar el confinamiento, pero no resuelve nada de fondo, solo prolonga el sufrimiento.


Otras personas se preguntan ¿cuánto va a durar el confinamiento?, aunque lo que en verdad se preguntan es ¿cuándo vamos a regresar a la “normalidad”? Creemos e intuimos que nunca, ya que lo normal no era tal, pero ¿quienes somos nosotros para decirles?


Mientras unos están muy ocupados culpando al otro por no estar haciendo lo que consideran es lo correcto, la mayoría pasamos de estar meramente confinados en un estado de neurosis, a estar de una u otra forma en un estado de vigilia -despiertos y en vela, ocasionando lo que se viene-, en metanoia.




Dicen que para cambiar de hábito se requieren 21, 42, 66 días; no hay una cifra exacta ni precisa, menos aún para cambiar un hábito que lleva siglos.


Creemos y deseamos que este confinamiento dure lo que se requiera para que cambiemos de hábitos, hasta que transmute en una vigilia y no cese hasta que hayamos sido liberados de todos nuestros prejuicios, lo necesario para que recordemos quienes somos y simplemente seamos, sin tener que definirnos por lo que hacemos, hasta nuestra metanoia.


Si tu eres uno de los que pueden darse el lujo de estar confinado, padécelo o disfrútalo, tú decides.


Si no puedes darte el lujo de estar confinado, es probablemente porque no lo necesitas, tu vives aquí y ahora, sabiendo que eres todo sin necesidad de hacer nada, somos nosotros los que no lo hemos entendido.


Vivamos esta vigilia cambiando de hábitos, preparándonos para nuestra metanoia y salir con el hermoso hábito de un antropo (ἄνθρωπος).


Yo lo Creo


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